El Koala es un Marsupial de la familia de los falangéridos; mide entre 60 y 85 cm de longitud, y es parecido a un osezno, debido a su cuerpo rechoncho sin cola. Está dotado de abazones; el hocico es corto; las orejas, grandes y peludas; tiene manos y pies prensiles y dedos con uñas afiladas. El marsupio se abre en la parte posterior. El pelo, larguísimo, es gris ceniciento rojizo en la parte superior del cuerpo y amarillento en la inferior. Vive en los altos eucaliptos de Australia oriental, de cuyas hojas se alimenta.
Las poblaciones de koalas sólo pueden extenderse si se encuentran en el hábitat adecuado. Este incluiría los árboles preferidos por los koalas (principalmente eucaliptos), que deben crecer asociados en cierto modo sobre un suelo adecuado, además de suficientes precipitaciones. Además, debe haber otros koalas viviendo en las proximidades.
Un hábitat con espacio limitado tiene, una capacidad limitada. Esto quiere decir que muy pocos koalas pueden vivir en estas condiciones. Si una zona se reduce, se hace pedazos o se destruye en su totalidad, disminuye el número de koalas que viven allí. La capacidad de un hábitat depende de la consistencia de los árboles, la densidad del arbolado, las lluvias, el clima, el terreno, las formas del paisaje y el tamaño.
Son animales nocturnos es por esto que poseen buenas facultades auditivas. Su visión es muy escasa. La nariz de los koalas es extremadamente sensible. Esta les da información a todo lo que concierne supervivencia, territorio y también el apareamiento.
Los koalas viven arriba de los árboles y realizan la mayor parte de sus actividades de noche. Duermen 20 horas al día para no gastar energías. Sus depredadores naturales son los dingos, las lechuzas, las águilas, los varanos, los buitres y las serpientes pitón. También Las épocas de sequía y los incendios resultan peligrosos.
La extremada lentitud con que se mueve el koala ha dado lugar a que se denomine también "perezoso australiano" a este gracioso marsupial. En la foto, una hembra de koala con su cría, a la que transporta durante mucho tiempo a la espalda.
El pelaje del koala presenta una coloración gris cenicienta con matices rojizos en la parte superior del cuerpo, para volverse amarillenta en la zona del vientre. Precisamente, la calidad de su piel acarreó la desdicha de este marsupial, pues el afán de apoderarse de ella originó persecuciones sistemáticas que a punto estuvieron de acabar con la especie. En 1936, las autoridades australianas dictaron disposiciones legales encaminadas a proteger al apacible koala.
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