Es gratificante ver el amor que nuestro perro nos tiene, y el nuestro a él; es un amor compartido, leal, sincero, con una devoción incomparable. Hay muchas historias de perros que han salvado a sus dueños.
Todos los animales tienen instintos. Los perros, independientemente de la raza que sean, poseen una serie de conductas que le son propias. Como han nacido para vivir entre perros, para que no tengamos problemas a la hora de convivir con ellos, hay que educarlos.
Para el perro, al igual que para las personas, aprender significa acumular conocimientos y ponerlos en práctica. Un perro aprende siempre, por lo que la misión de su dueño, será influir en el contenido de ese aprendizaje. El dueño debe ejercer autoridad sobre el perro, pues si no es así está renunciando a educarlo, y el perro se convierte en su propio maestro y pone en práctica el comportamiento característico de su especie, evitando lo que le molesta, y repitiendo lo que lo reporta algún beneficio.
El adiestramiento básico del cachorro debe comenzarse a partir de los cinco o seis meses de edad. Aunque solo algo sencillo, ya que hasta que el animal tenga un año no tendrá la capacidad de aprender las cosas de forma permanente. Durante las primeras semanas sólo se deben dedicar unos minutos diarios a la educación, para posteriormente, ir aumentando la duración.
"Sin duda que la primera parte de este adiestramiento es responsabilidad de los miembros de la familia.. Es importante que consideremos que todo lo que el perro aprenda en casa, es muy probable que lo haga con todo el que conozca. Es por eso que si permitimos que nuestro perro nos ponga las patas encima, nos resultará difícil hacer que no lo haga con las visitas, o bien, cuando estemos vistiendo nuestras mejores galas. El perro es un animal de costumbres y estas no pueden variar a nuestro antojo. Así, tendremos que definir los límites entre las áreas que no podrá visitar de nuestra casa, el lugar donde hará sus evacuaciones, donde estará su comida y hasta donde dormirá. Las tareas más complejas también pueden ser enseñadas en casa, pero es más frecuente que se recurra a profesionales, y esto puede ser igual de complicado que cuando decidimos por la escuela de nuestros hijos. Fuente"
Lo primero que debe aprender un cachorro es su nombre. El nombre debe ser utilizado con frecuencia, pronunciándolo de modo claro, animado y mirándolo de frente. Dígalo mientras juegan juntos, lo acaricia o le da comida. Procure también entablar una relación no verbal, encuadrando sus ojos con una mano, logrando así su atención, y pronuncie nuevamente su nombre.
Hay varias ordenes básicas que todo perro debe tener en cuenta:
- Prestar atención: Esto es lo que primero tenéis que lograr. Antes de enseñarle una orden, debéis hacer que toda su atención este puesta en vosotros. Para ellos lo más normal es que con una recompensa en la mano, extendáis la mano hacia un lado y la mantengáis ahí. Vuestro perro saltara, ladrará e intentará quitaros lo que tengáis en la mano. Manteneros firmes hasta que se canse y se quede sentado mirando para vosotros. Cuando veáis que tenéis toda su atención, darle la recompensa o felicitarlo con unas caricias. Hacer esto las veces que necesitéis hasta que veáis que capto el mensaje.
- Siéntate: Sujeta una recompensa de comida y atrae la atención de tu perro con ella, retrocede un paso o dos mientras llevas la recompensa hasta tu hombro, de tal forma que tu perro la siga con la mirada. Lo más lógico es que al tener que levantar la cabeza tu perro se siente de forma inconsciente. Dale la recompensa y felicitarlo.
- Échate: Sujeta una recompensa de comida y acércala a la nariz de tu perro, mueve lentamente la recompensa de tu perro hacia abajo para que la siga con la nariz (no dejéis que la tome). Cuando tu perro siga la recompensa hasta el suelo tenderá a echarse, si no lo hace mover la recompensa un poco hacia adelante. Cuando tu perro se eche, darle la recompenso o felicitarlo.
- Quieto: Esta orden, a diferencia del resto que se da con autoridad, hay que decirla relajados. Haces que tu perro se siente, y una vez sentado, poniendo la palma de vuestra mano sobre la frente de vuestro perro, pronunciáis la orden y avanzáis. Si el perro os sigue, corregirlo con un " No, Siéntate, Quieto" para que recupere la posición. Al principio no durara mucho, pero a medida que pase el tiempo lo hará mejor.
Repetir cada ejercicio unas 10 veces, y si veis que lo logra la mayoría de las veces (8/10) dar el ejercicio por bueno y pasar al siguiente. No saturéis a vuestro perro, porque ante todo esto es para que confiéis el uno en el otro.
has gracias, artículos tan bonitos como el suyo nos animan a seguir trabajando.
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